Vivienda de fin de semana en las afueras de San Bernardino, implantada en una pequeña península del lago ypacarai, que permite disfrutar las vistas al lago al nor-este.
La arquitectura de geometría clara y compacta desde la calle, se va desmaterializando hacia el lago con planos que prolongan el interior al exterior, y espacios intermedios que conjugan vidrio, hormigón, troncos de quebracho y el agua de la piscina, en una secuencia escalonada que culmina en el muelle y el lago.
Mientras la plantas baja y alta se vuelcan hacia estas vistas y ventilaciones al nor-este, los espacios se suceden también hacia arriba hasta alcanzar una terraza en tercer nivel, cuya altura permite dominar el contrafrente de la península, la principal extensión del lago al oeste y su sol vespertino.