La opinión pública ha castigado fuertemente a los parlamentarios de la nación, a través de los medios de prensa. Se han leído publicaciones donde se califican de incapaces y poco serias las intenciones tanto de diputados como de senadores, en la determinación del presupuesto general de la nación.

Es parte de la realidad que a nivel de infraestructura se encuentran varias obras sin iniciarse o sin poder concluirse. Luego ya de haber pasado más de la mitad de los meses del año en curso, el sector de la construcción se vió alarmado por estas demoras y tomando cartas en el asunto expresó su preocupación y exigió se tomen medidas a fin de reactivar los trabajos en obras públicas y así buscar inyectar dinamismo a los meses que restan del 2012.

Con la asunción de Federico Franco como Presidente y con su cartera de estado, se consideró dar los primeros pasos hacia la concreción de proyectos de gran envergadura, así como también sobre otros planes de implementación y de reactivación de la economía nacional, a través de la propuesta del presupuesto general.

Los retrasos en las determinaciones importantes, a veces por intereses políticos o partidarios, significan una clara demora al desarrollo en los ejes más importantes de la realidad económica y social del país.

Hay temas que son prioritariamente urgentes, se intenta dinamizar la economía a través medidas paliativas, pero se requieren pasos agigantados para buscar recuperar el tiempo perdido. Ya no se alcanzarán resultados prósperos de años anteriores, pero quizás se logre salvar para no terminar muy mal o peor de lo que se proyecta de seguir así.
Para crecer hay que invertir y la inversión en infraestructura es comprobadamente eficaz para reactivar cualquier país. De darse estas inversiones estamos completamente seguros que el país irá por buen camino.

El Director